Ya iba siendo hora de actualizar esto, que últimamente lo tenía muy abandonado. Aprovecho para dar las gracias a Dath, que gracias a sus comentarios en este mismo blog, ha acabado de darme el último empujón para actualizar de nuevo esto. Que ganas de hacerlo tenía, pero no sabía muy bien cómo actualizarlo de nuevo, porque últimamente tampoco he tenido la oportunidad de descubrir demasiadas cosas nuevas.
Iba a actualizar sobre una película llamada «Queimada», pero mi último viaje al cine de esta semana me ha dado otro tema, así que antes de que se me olvide o pase demasiado tiempo, aprovecho para hablar de esta película de la que tantas ganas tenía: The Road.
El nombre de John Hillcoat, el director de la presente cinta, era totalmente desconocido para mi. Nunca había oído hablar de él ni de sus trabajos anteriores. Y por lo que he podido comprobar, se trata de un director australiano cuya filmografía está compuesta simplemente por dos o tres obras más, la más conocida de las cuales es una obra australiana llamada «The proposition». Si eso no fuera suficiente, tampoco había tenido la oportunidad de leer el libro original de esta obra, así que lo único que sabía de antemano sobre la película era la información que proporcionaba el cartel publicitario de la película: una cinta de índole post-apocalíptica cuyos protagonistas eran un padre, encarnado por Viggo Mortensen, y su hijo. Nada más.
Como ya he adelantado, la trama se ubica en un mundo distópico, arrasado por un misterioso cataclismo que ha acabado con casi todo signo de vida de la tierra. Sólo quedan los cadáveres de los árboles de antaño, apenas hay formas de vida animal, y el hombre se ha visto arrojado de nuevo a su condición original: la de un animal ordinario que lucha por sobrevivir en medio de un mundo adverso, y lo que es peor, en un mundo sin humanidad. Un mundo en que el hombre incluso se ve obligado a devorar a los de su misma condición si desea sobrevivir. La misión del padre no es otra que garantizar la supervivencia de su hijo, y para ello, emprenden un viaje a través de este mundo en el que la esperanza hace mucho que murió.
Con una temática así, es difícil (almenos para un servidor) no sentirse atraído por esta película. Pero lamentablemente, una idea/historia interesante (que no una idea original, porque original no lo es) no es suficiente para hacer de un film una obra que también sea interesante. Para empezar, uno de los grandes peligros de toda obra cinematográfica: el ritmo, el tempo de la película. Conseguir un buen ritmo, ni muy lento ni muy rápido y que a la vez mantenga al espectador absorbido durante todo el metraje, no es algo fácil de conseguir ni siquiera para los grandes maestros del séptimo arte. En este caso, el ritmo es excesivamente lento. Algunos dirán que es adecuado para la temática y el devenir de la historia, pero hay una diferencia significativa entre un ritmo pausado y un ritmo lento. En el caso de The Road, el ritmo es lento, pero en ocasiones es insufriblemente lento, donde se abusa en exceso de las escenas en que las caminatas de los protagonistas tienen lugar.
A tal lentitud, se le añade otro problema des de mi humilde punto de vista, y es que aunque el tema daba para mucho, la historia o bien no se explotó como se debía o bien era sencillamente pobre. Al no haber leído el libro, desconozco si se trata del segundo caso, pero si olvidamos este hecho y nos centramos únicamente en la cinta, entonces la respuesta es más que clara: es una historia más bien pobre. Una historia con toques de crueldad natural acompañada de cierta moraleja (no tan subliminal) de ecologismo que simplemente se limita a contarnos cómo sufren un padre y su hijo en medio de un mundo medio muerto, y que en el fondo las personas no somos más que animales domesticados por nuestros propios stándares o pautas de conducta, en un intento de «humanizarnos» y olvidar nuestros orígenes. Es una película que peca precisamente de su vertiente descriptiva; se pierde en la descripción del mundo que recrea y no desarrolla una historia propiamente dicha. Algunos dirán «es que la intención de la cinta es ésta», entonces les diré que no por ello deja de ser una historia pobre. Otras distopías como la del anime/manga Akira, o otras películas archiconocidas como 12 monos o Hijos de los hombres (otra candidata a salir en este blog), consiguen con creces combinar la descripción de sus respectivas distopías sin por ello sacrificar una trama interesante y compleja.
Eso sí, la ambientación está magistralmente conseguida, así como la fotografía, con esos tonos tan grises y tétricos tan bien conseguidos, son los puntos fuertes de la película junto con la interpretación de Viggo Mortensen y su hijo. Desgraciadamente, no se puede decir lo mismo del cameo de Charlize Theron, una aportación plana y superficial que poco aporta (en términos de calidad) a la película. La música tampoco es destacable precisamente, incluso me atrevería a decir que es nefasta, dado que si una buena OST hubiera complementado a la ya de por sí buena ambientación, el resultado habría sido magnífico (en la recreación de la ambientación post-apocalíptica). También podría empezar a criticar ciertos sucesos (algunos de ellos sin apenas fundamento y otros directamente ridículos) que van teniendo lugar a lo largo de la historia, pero el peligro de soltar algún spoiler me inhibe.
En resumen, una película que prometía mucho y en eso se quedó. Un trabajo excesivamente descriptivo, que olvida el desarrollo de una buena trama, con una música pésima, con detalles argumentales simplemente ridículos o absurdos y con ciertas interpretaciones secundarias bastante planas, pero que sin embargo cuenta con una buena pareja protagonista, algunas escenas muy bien logradas y una ambientación muy bien conseguida. Es una auténtica lástima que la película tenga tales errores, de lo contrario, el resultado habría sido totalmente diferente. Y por favor, no me vengan con que la película esta llena de profundidad, que tiene un mensaje subliminal muy bueno y apreciable y que esta llena de escenas impactantes y memorables. La exposición de los humanos como animales sociales, tiene más años que el ir a pie, y si el mostrar el sufrimiento de un padre y un hijo arrojados en un mundo de desesperación lo consideran como algo original y sumamente emotivo, les recomiendo, sin ánimo de ofender, que miren más cine y más animación. Antes ya he mencionado unos ejemplos que le dan mil vueltas a esta película. Podría seguir mostrando ejemplos de porqué no se trata de una buena película, pero para ello, tendría que contarles la película entera, y esa no es la vocación de este blog. En fin, una auténtica lástima que se haya quedado en eso.
Puntuación: 6,3/10